sábado, 3 de febrero de 2018


LA ESTADÍSTICA COMO ASIGNATURA EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA

Es innegable el aporte de la matemática en el desarrollo de la ciencia y su contribución al bienestar de la humanidad y el conocimiento del mundo, sin embargo suele ser atemorizante para muchas personas al generar rechazo, miedo y frustración. En nuestro país, es frecuente escuchar a los alumnos desde primaria hasta universitarios, decir “los números no son para mí”, “no soy bueno para los números”, “no puedo con los números”, esto se evidencia en los indicadores que muestran el resultado del aprendizaje en diferentes niveles, desde el básico con la prueba Pisa hasta los bajos promedios o altos índices de desaprobación en las materias relacionadas a las matemáticas en la formación universitaria.

Por lo expuesto, es necesario conocer qué puede estar ocurriendo, ¿es la falta de relación con nuestro entorno y el simbolismo expresado?; por ejemplo, asociar un número entero o una fracción a un hecho o fenómeno que observamos, ¿es la falta de saberes previos?, como lo afirman reconocidos teóricos como Ausubel; él menciona “el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”, ¿es un tema relacionado al proceso de enseñanza aprendizaje?, atribuido a la manera como los docentes hacen su trabajo para que los alumnos aprendan, en este escenario adquiere singular importancia la Motivación.
   
El comportamiento humano se explica desde lo antropológico, psicológico y sociológico y el docente tiene que entenderlo así al realizar su labor con los alumnos. En las operaciones matemáticas básicas para la mayoría de personas les es más fácil sumar, pero se les complica restar, esto debido a que sumar está asociado en el comportamiento humano de “acumular”, “crecer”, “tener”, “ganar”; en cambio restar se refiere a “perder”,  “disminuir”, “dar”, “el compartir”. Del mismo modo, resulta más fácil multiplicar que dividir, y ni que decir de la potenciación y la radicación.

La apropiación de saberes en el alumno se gesta en su entendimiento del mundo que lo rodea y la atención de sus necesidades, por ello es muy importante que el simbolismo matemático sea siempre relacionado con el mundo real, pretender ser muy teórico y formalista es el camino inequívoco a un mal resultado del trabajo docente.

La educación se justifica en la necesidad que tiene el individuo de recibir influencias de sus iguales para dotarse de las características que son propias de los humanos. Mediante el concurso de la influencia social, el sujeto adquirirá formas de conducirse y de percibir la realidad propia de su colectividad. En todo ello, la educación tiene una presencia fundamental (La educación como hecho, Julián Luengo Navas)

Brousseau (1983) describía las características de las dificultades u obstáculos que tienen los estudiantes para aprender y de manera particular la matemática,  “Un obstáculo es un conocimiento, no una falta de conocimiento”, el alumno utiliza este conocimiento para producir respuestas adaptadas a un cierto contexto que encuentra con frecuencia. Cuando se usa este conocimiento fuera de este contexto genera respuestas incorrectas.
En el modelo de formación por asignaturas se ha tenido la idea errónea de que el docente debe proponer un ejemplo y luego “atiborrar” de ejercicios para que el alumno aprenda; sin embargo es probable que ellos logren aprender temporalmente la lección pero no de forma perdurable. El alumno cumple con la tarea al resolver los ejercicios que se les pide, pero no entiende lo que está haciendo ni tiene idea de para que le sirve lo aprendido. Con el modelo de formación por competencias se pretende convertir los conocimientos en saberes productivos, pero en la práctica muchos docentes siguen aplicando metodologías didácticas propias del modelo anterior.

La Estadística es parte de esta problemática y, se constituye en una preocupación manifiesta porque se hace cada vez más necesaria en la formación de los futuros profesionales y, su aplicación se extiende a un número considerable de situaciones: en los negocios y la economía, en la medicina, industria, servicios, investigación, en la política y hasta en la vida cotidiana. En la sociedad actual, la estadística es sin duda un saber que deben poseer todos los ciudadanos. Diversos autores (Moreno, 1998; Batanero, 2002; Utts, 2002) coinciden en señalar que el objetivo de la educación estadística en este siglo es la alfabetización estadística, que también puede verse como una cultura estadística, que permita a todos entender y manejar de manera crítica el cúmulo de información estadística disponible en infinidad de medios.

Roberto Behar y Pere Grima en su reconocido artículo Mil y una dimensiones del aprendizaje de la estadística señalan: La importancia de la estadística en la actualidad, no se pone en discusión. Casi todos los programas universitarios incluyen en su plan de estudios, al menos un curso de estadística.

En muchos países – incluyendo el Perú - la estadística forma parte del currículo de la educación secundaria e incluyen algunos tópicos en la educación primaria. Cada vez está más asumido que la dinámica del mundo moderno exige que todo ciudadano, para ejercer sus derechos y comprender su entorno, requiere de una cierta alfabetización en estadística.

Sin embargo, el tema de la calidad del proceso de enseñanza–aprendizaje de esta disciplina ha sido tradicionalmente relegado a un segundo plano. Así lo ponen de manifiesto tanto los criterios de selección del profesorado como los estímulos a su desarrollo profesional, siempre más ligados a incentivar la investigación en nuevas áreas que a reconocer los esfuerzos en la mejora de los procesos de enseñanza. Pero a pesar de ello, cada vez se aprecia más preocupación entre los profesores por mejorar la eficacia de sus tareas docentes, seguramente debido a la sospecha de que las formas de enseñanza tradicionales no están dando los resultados deseados.

Albert Prat en la lección inaugural del curso 1994-95 de la Facultad de Matemáticas y Estadística de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), explicaba esta inquietud de la siguiente forma: Otro fenómeno que muchos de mis amigos de profesión y yo mismo hemos experimentado con frecuencia es el hecho de que cuando alguien nos pregunta a que nos dedicamos y le decimos que somos estadísticos, la mayoría de las personas que han estudiado nuestra disciplina en la Universidad manifiestan su sorpresa y su mal recuerdo de la forma como se les enseñó. En lugar de reconocer la importancia de la metodología para la recogida y el análisis de datos sólo recuerdan un montón de desarrollos matemáticos ininteligibles, y los más afortunados recuerdan alguna aplicación probabilística.

Sin duda, la enseñanza en los cursos introductorios tiene muchas dimensiones. Se habla mucho de los objetivos: ¿Cuáles se pretenden alcanzar a corto plazo, al finalizar el curso? ¿Cuáles a medio plazo, a tres años o cinco años vista?. Y sobre contenidos: ¿Cuál debe ser el contenido del curso? ¿Cuál su nivel de matemáticas? ¿A qué se le debe dar más énfasis? ¿a las matemáticas? ¿a la probabilidad?¿al análisis exploratorio de datos o al cambio de actitud frente a la aleatoriedad?

Un tema muy importante y medular es el de la motivación: ¿Cómo hacer para que los estudiantes no se aburran? ¿Cómo hacer para disminuir la ansiedad y hacer del curso de estadística una experiencia agradable? ¿Cómo mejorar su actitud frente al aprendizaje? ¿Cómo lograr menos frustraciones al final del curso? ¿Por qué se producen estos hechos de manera especial con la estadística?.

Y otros aspectos pueden ser: ¿Cómo valorar el impacto de los cambios que el profesor, en su intención de mejorar los resultados, implementa en su curso?
¿Cómo saber objetivamente que una opción metodológica mejora los resultados?, ¿Qué opciones metodológicas podrán mejorar qué cosas? ¿Qué papel juega la tecnología en todo esto? ¿y el computador?, ¿cómo lograr que el estudiante valore la asignatura para su formación profesional y por ende su aplicación en el mundo real, en donde le toque desempeñarse?

Estas preguntas y muchas más que podrían hacerse sobre este importante asunto.

Es una experiencia casi universal para los docentes de la asignatura Estadística en todas las carreras encontrarse con un número considerable de alumnos que presentan una actitud desfavorable ante el aprendizaje de la materia. (Aparicio & Bazán, 2005; Rodríguez Feijóo, 1976, 1978, 1984). Por ello resulta de interés analizar cómo se puede contribuir para transformar en positivas esas actitudes, dado que el conocimiento de esta disciplina constituye una herramienta esencial para sistematizar, analizar y poder interpretar los datos de la realidad.

La asignatura por lo general presenta contenidos que refieren a la Estadística Descriptiva, en sentido absoluto, y la Inferencial, de forma complementaria. Suele haber menos dificultad en la parte descriptiva pero se complica en la inferencial, basado en el cálculo de probabilidades. De las diversas experiencias en la enseñanza de la estadística, es posible reconocer a docentes que se han centrado en dos posiciones contrapuestas: unos orientan el curso en la identificación y organización de los datos y en el cálculo basado en fórmulas, como son la construcción de tablas de frecuencias, la obtención de las medidas de tendencia central y de dispersión y la elaboración de gráficos y en menor cuantía las relaciones entre variables y el análisis inferencial; y en el otro extremo, están los que dejan de lado el trabajo “manual” y se soportan enteramente en la tecnología con el uso de software, desde el tan conocido Excel, hasta programas estadísticos como el SPSS. En extremo dejan todo en manos de los programas de cómputo y  privan al alumno de los conocimientos teóricos que sustentan el saber estadístico, una combinación de ambos puede tener resultados más alentadores, dado que el manejo numérico, tan atemorizante se suple con la ayuda de la computadora, pero no garantiza necesariamente el aprendizaje de la estadística y menos su aplicabilidad.
Artículo personal: Carlos E. Pereyra
Elaborado a partir de mis reflexiones por mi experiencia docente con el apoyo de fuentes diversas

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