LA ESTADÍSTICA COMO ASIGNATURA EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA
Es
innegable el aporte de la matemática en el desarrollo de la ciencia y su
contribución al bienestar de la humanidad y el conocimiento del mundo, sin
embargo suele ser atemorizante para muchas personas al generar rechazo, miedo y
frustración. En nuestro país, es frecuente escuchar a los alumnos desde
primaria hasta universitarios, decir “los números no son para mí”, “no soy
bueno para los números”, “no puedo con los números”, esto se evidencia en los
indicadores que muestran el resultado del aprendizaje en diferentes niveles,
desde el básico con la prueba Pisa hasta los bajos promedios o altos índices de
desaprobación en las materias relacionadas a las matemáticas en la formación
universitaria.
Por
lo expuesto, es necesario conocer qué puede estar ocurriendo, ¿es la falta de
relación con nuestro entorno y el simbolismo expresado?; por ejemplo, asociar
un número entero o una fracción a un hecho o fenómeno que observamos, ¿es la
falta de saberes previos?, como lo afirman reconocidos teóricos como Ausubel;
él menciona “el
factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya
sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”, ¿es
un tema relacionado al proceso de enseñanza aprendizaje?, atribuido a la manera
como los docentes hacen su trabajo para que los alumnos aprendan, en este
escenario adquiere singular importancia la
Motivación.
El
comportamiento humano se explica desde lo antropológico, psicológico y
sociológico y el docente tiene que entenderlo así al realizar su labor con los
alumnos. En las operaciones matemáticas básicas para la mayoría de personas les
es más fácil sumar, pero se les complica restar, esto debido a que sumar está
asociado en el comportamiento humano de “acumular”, “crecer”, “tener”, “ganar”;
en cambio restar se refiere a “perder”,
“disminuir”, “dar”, “el compartir”. Del mismo modo, resulta más fácil
multiplicar que dividir, y ni que decir de la potenciación y la radicación.
La
apropiación de saberes en el alumno se gesta en su entendimiento del mundo que
lo rodea y la atención de sus necesidades, por ello es muy importante que el
simbolismo matemático sea siempre relacionado con el mundo real, pretender ser
muy teórico y formalista es el camino inequívoco a un mal resultado del trabajo
docente.
La
educación se justifica en la necesidad que tiene el individuo de recibir
influencias de sus iguales para dotarse de las características que son propias
de los humanos. Mediante el concurso de la influencia social, el sujeto
adquirirá formas de conducirse y de percibir la realidad propia de su
colectividad. En todo ello, la educación tiene una presencia fundamental (La
educación como hecho, Julián Luengo Navas)
Brousseau (1983) describía las
características de las dificultades u obstáculos que tienen los estudiantes
para aprender y de manera particular la matemática, “Un obstáculo es un conocimiento, no una
falta de conocimiento”, el alumno utiliza este conocimiento para producir
respuestas adaptadas a un cierto contexto que encuentra con frecuencia. Cuando
se usa este conocimiento fuera de este contexto genera respuestas incorrectas.
En el modelo de formación por
asignaturas se ha tenido la idea errónea de que el docente debe proponer un
ejemplo y luego “atiborrar” de ejercicios para que el alumno aprenda; sin
embargo es probable que ellos logren aprender temporalmente la lección pero no de
forma perdurable. El alumno cumple con la tarea al resolver los ejercicios que
se les pide, pero no entiende lo que está haciendo ni tiene idea de para que le
sirve lo aprendido. Con el modelo de formación por competencias se pretende
convertir los conocimientos en saberes productivos, pero en la práctica muchos
docentes siguen aplicando metodologías didácticas propias del modelo anterior.
La
Estadística es parte de esta problemática y, se constituye en una preocupación
manifiesta porque se hace cada vez más necesaria en la formación de los futuros
profesionales y, su aplicación se extiende a un número considerable de
situaciones: en los negocios y la economía, en la medicina, industria,
servicios, investigación, en la política y hasta en la vida cotidiana. En la
sociedad actual, la estadística es sin duda un saber que deben poseer todos los
ciudadanos. Diversos autores (Moreno, 1998; Batanero, 2002; Utts, 2002)
coinciden en señalar que el objetivo de la educación estadística en este siglo
es la alfabetización estadística, que también puede verse como una cultura
estadística, que permita a todos entender y manejar de manera crítica el cúmulo
de información estadística disponible en infinidad de medios.
Roberto Behar y Pere Grima en su reconocido artículo Mil y una
dimensiones del aprendizaje de la estadística señalan: La importancia de la
estadística en la actualidad, no se pone en discusión. Casi todos los programas
universitarios incluyen en su plan de estudios, al menos un curso de
estadística.
En muchos países – incluyendo el Perú - la estadística forma parte del
currículo de la educación secundaria e incluyen algunos tópicos en la educación
primaria. Cada vez está más asumido que la dinámica del mundo moderno exige que
todo ciudadano, para ejercer sus derechos y comprender su entorno, requiere de
una cierta alfabetización en estadística.
Sin embargo, el tema de la calidad del proceso de enseñanza–aprendizaje
de esta disciplina ha sido tradicionalmente relegado a un segundo plano. Así lo
ponen de manifiesto tanto los criterios de selección del profesorado como los
estímulos a su desarrollo profesional, siempre más ligados a incentivar la
investigación en nuevas áreas que a reconocer los esfuerzos en la mejora de los
procesos de enseñanza. Pero a pesar de ello, cada vez se aprecia más
preocupación entre los profesores por mejorar la eficacia de sus tareas
docentes, seguramente debido a la sospecha de que las formas de enseñanza
tradicionales no están dando los resultados deseados.
Albert Prat en la lección inaugural del curso 1994-95 de la Facultad de
Matemáticas y Estadística de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC),
explicaba esta inquietud de la siguiente forma: Otro fenómeno que muchos de
mis amigos de profesión y yo mismo hemos experimentado con frecuencia es el hecho
de que cuando alguien nos pregunta a que nos dedicamos y le decimos que somos
estadísticos, la mayoría de las personas que han estudiado nuestra disciplina
en la Universidad manifiestan su sorpresa y su mal recuerdo de la forma
como se les enseñó. En lugar de reconocer la importancia de la metodología para
la recogida y el análisis de datos sólo recuerdan un montón de desarrollos
matemáticos ininteligibles, y los más afortunados recuerdan alguna aplicación
probabilística.
Sin duda, la enseñanza en los cursos introductorios tiene muchas
dimensiones. Se habla mucho de los objetivos: ¿Cuáles se pretenden alcanzar a
corto plazo, al finalizar el curso? ¿Cuáles a medio plazo, a tres años o cinco
años vista?. Y sobre contenidos: ¿Cuál debe ser el contenido del curso? ¿Cuál
su nivel de matemáticas? ¿A qué se le debe dar más énfasis? ¿a las matemáticas?
¿a la probabilidad?¿al análisis exploratorio de datos o al cambio de actitud
frente a la aleatoriedad?
Un tema muy importante y medular es el de la motivación: ¿Cómo hacer para que los estudiantes no se aburran?
¿Cómo hacer para disminuir la ansiedad y hacer del curso de estadística una
experiencia agradable? ¿Cómo mejorar su actitud frente al aprendizaje? ¿Cómo
lograr menos frustraciones al final del curso? ¿Por qué se producen estos
hechos de manera especial con la estadística?.
Y otros aspectos pueden ser: ¿Cómo valorar el impacto de los cambios que
el profesor, en su intención de mejorar los resultados, implementa en su
curso?
¿Cómo saber objetivamente que una opción metodológica mejora los
resultados?, ¿Qué opciones metodológicas podrán mejorar qué cosas? ¿Qué papel
juega la tecnología en todo esto? ¿y el computador?, ¿cómo lograr que el
estudiante valore la asignatura para su formación profesional y por ende su
aplicación en el mundo real, en donde le toque desempeñarse?
Estas preguntas y muchas más que podrían hacerse sobre este importante
asunto.
Es una experiencia casi universal para los docentes de la asignatura Estadística en todas las carreras encontrarse con un número considerable de alumnos que presentan una actitud desfavorable ante el aprendizaje de la materia. (Aparicio & Bazán, 2005; Rodríguez Feijóo, 1976, 1978, 1984). Por ello resulta de interés analizar cómo se puede contribuir para transformar en positivas esas actitudes, dado que el conocimiento de esta disciplina constituye una herramienta esencial para sistematizar, analizar y poder interpretar los datos de la realidad.
La asignatura por lo
general presenta contenidos que refieren a la Estadística Descriptiva, en
sentido absoluto, y la Inferencial, de forma complementaria. Suele haber menos
dificultad en la parte descriptiva pero se complica en la inferencial, basado
en el cálculo de probabilidades. De las diversas experiencias en la enseñanza
de la estadística, es posible reconocer a docentes que se han centrado en dos
posiciones contrapuestas: unos orientan el curso en la identificación y
organización de los datos y en el cálculo basado en fórmulas, como son la
construcción de tablas de frecuencias, la obtención de las medidas de tendencia
central y de dispersión y la elaboración de gráficos y en menor cuantía las
relaciones entre variables y el análisis inferencial; y en el otro extremo,
están los que dejan de lado el trabajo “manual” y se soportan enteramente en la
tecnología con el uso de software, desde el tan conocido Excel, hasta programas
estadísticos como el SPSS. En extremo dejan todo en manos de los programas de
cómputo y privan al alumno de los
conocimientos teóricos que sustentan el saber estadístico, una combinación de
ambos puede tener resultados más alentadores, dado que el manejo numérico, tan
atemorizante se suple con la ayuda de la computadora, pero no garantiza
necesariamente el aprendizaje de la estadística y menos su aplicabilidad.
Artículo personal: Carlos E. Pereyra
Elaborado a partir de mis reflexiones por mi experiencia docente con el apoyo de fuentes diversas
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